10 de noviembre de 2012

Relato Gran Recorrido por el Himalaya: Rolwaling & Everest - Octubre 2012

Octubre 2012.

NAMASTE:

Es difícil intentar contar lo que nuestros ojos han visto y nuestro corazón ha sentido en estos últimos 17 días. Hemos llegado a Thame y estamos a punto de iniciar la segunda parte de nuestra "andadura". Hasta ahora la soledad ha sido nuestra "compañera" a partir de ahora otros "caminantes" nos acompañarán a través de Solokhumbu.

Atrás han quedado esos primeros días, donde nuestro camino discurría entre arrozales, cereal y mijo, nuestros cuerpos mojados porque la humedad de los bosques de rododendros empapaban nuestras ropas. Impresionante paisaje, nunca habíamos "paseado" por lugares parecidos, una nueva visión de Nepal incluso para los que nos encontramos como en nuestra casa, nunca olvidaremos esos descensos de 1000 metros, medio tapados por un arroz crecido, la tranquilidad solo rota de vez en cuando con un "namaste", eran los pequeños que se ocultaban de nosotros a modo de juego que esperan despistarnos y que pretendían que nos volviéramos "locos" buscándoles, a veces sus risas procedían de entre los campos, a veces desde lo alto de un solitario árbol.


Valle de Rolwaling

Los primeros días intentábamos mirar hacia la lejanía en busca de montañas nevadas, pero todavía tendríamos que esperar algún día, no teníamos prisa, sólo la lluvia torrencial en las tardes era capaz de limpiar aún más la atmósfera. Claro que no todo puede ser poesía, tuvimos que luchar contra una araña gigante y con unos molestos "gusanitos" llamados sanguijuelas que nos hicieron un poco molesto el camino, al principio histeria, luego aceptación y así con la sangre renovada nuestros pasos nos iban llevando poco a poco hacia las montañas.


Bedin, aldea más grande del valle Rolwaling
antes de adentrarse en el reino de las montañas.

Cambiaríamos arrozales por bosques, senderos por piedras, verde por blanco, arroyos por rápidos ríos y al fin conoceríamos a nuestro Rolwaling Khola ahora solo tendríamos que acompañarle para conocer su nacimiento. Empezamos a disfrutarle, pasamos por pequeñas poblaciones, apenas cuatro casas con un "mani" o un "monasterio", nuestro corazón se empieza a acelerar, nuestras pulsaciones aumentan, ya empezamos a pensar en nuestra aclimatación, en nuestra forma física, estamos a pocas jornadas de nuestro Tesi Lapcha Pass, el paso más fuerte de nuestro recorrido que como buen "guardián" no nos lo iba a poner nada fácil.

Un día antes del "ataque" final, tendríamos que atravesar longitudinalmente el viejo glaciar del Bigphea Go Shar (impronunciable pero imponente, con sus 6729 metros y sus cumbres vírgenes), con paso incómodo, piedra suelta, bloques, caminos que se pierden entre las crestas de hielo viejo. En un sube y baja continuo llegamos a nuestro último campamento, mañana dormiremos al otro lado de la barrera de montañas, mañana nos despedimos de nuestro río.


Glaciar Bigphea Go Shar

Amanece como todos los días con un sol esplendido pero con bastante frío, todavía nos queda caminar en sombra el final del glaciar, nuestros ojos miran hacia arriba en busca de ese sol que nos traerá al menos la sensación de calor, al final llegaremos a un espolón, se pone cuerda fija, no es un paso muy difícil pero no hay que olvidar que estamos casi a 5000 metros, cada paso cuesta, pasamos entre piedras que se mueven, tierra arenosa, manchas de glaciar, todo espectacular pero cansado, montañas acanaladas casi inexpugnables por todas sus caras, mares de hielo, creo que nunca habíamos visto un marco semejante, otra vez se pone la cuerda, manos amigas dispuestas para la ayuda, tenemos una caída de piedras con su pequeño susto pero ante nosotros una espectacular pala de nieve nos llevará al collado de Tesi Lapcha Pass (5760m.) sin peligro, hermosísimo, pero se ha sufrido bastante como para poder disfrutarlo, sólo unos 100 metros más abajo dormiremos, hace frío y empieza a nevar, es difícil no repetirse pero todos pensamos que estamos en un lugar muy alpino, con ese ambiente que pocos lugares logran tener.


Tesi Lapcha Pass (5760m)

Amanece y pisando la nieve caída en la noche, "porters" y "clientes" se mueven con cuidado buscando la bajada, de nuevo se pone una cuerda para bajar por una "sucia" canal, nos quieren ayudar tanto que a veces nos lo ponen más difícil, con "mimo" y "cariño" vamos bajando y lo que vamos viendo nos deja boquiabiertos: lagos, cascadas, hielo, morrenas y al fin praderas. El camino se vuelve mas amable, empezamos a ver enebros, sabinas, pequeños arbustos de rododendros, dulces olores sosiegan nuestros espíritus mientras ante nuestros ojos aparecen nuevas montañas, Thamserku, Kangtega.... ¡ pero que barbaridad...! también Ama Dablam, una de las tres montañas mas bellas del mundo junto con el Cervino y el Alpamayo y así entre emociones llegamos a Thame, un pequeño pueblo con un monasterio impresionante. En este lugar soleado termina la primera parte de este especial recorrido en tierras nepalíes con ducha, cerveza, un teléfono para saber de los nuestros....¿se puede desear más...?


Thame

A la sombra del Monasterio de Tengboche ( 3860 m) retomo este pequeño relato, estamos acabando nuestro "viaje" y ya en Khumbu todo ha sido muy distinto de aquellos primeros días de "soledad" y de bosques húmedos, pero a pesar del "gentío" que hay por estos lares, no olvido la mañana que salimos de Thame en busca de nuevos collados y nuevas montañas. El sol ya estaba encima de nuestras cabezas, los campos estaban baldíos preparados para la siembra de patatas, habíamos leído que en esa zona se recoge el 80% de la patata que se consumen en el Valle de Kathmandu. Nuestro camino tiene mucha historia, por él transitaba todo el comercio procedente de Tibet, lana y cuero a cambio de vegetales, trigo, arroz, plantas medicinales...pero también nuestro camino conoció días más tristes, por él caminaron muchos exiliados procedentes de Tibet cuando sus casas y sus tierras fueron ocupadas por China en 1950 y cuando en 1959 la salida del Dalai-Lama llevó a que los tibetanos se revelaran en Lasha y con este hecho se produjeran las mayores represiones.

Con estas reflexiones y la mirada puesta en el horizonte seguimos subiendo, cerca tenemos nuestro segundo gran collado, el Renjo - La (5.360 m) que tampoco nos lo pondría fácil. El camino tiene grandes escalones que se han hecho para evitar la erosión y por supuesto para facilitar el acceso a los "guiris", pero no importa, el corazón se nos desboca porque sabemos que algo grande nos espera, no tenemos ninguna nube, con lo cual vamos a poder ver el Everest, acabo de escribir que algo grande nos esperaba, bueno pues me quedo corta, cuando uno llega al collado y abraza a los compañeros para un poco mas tarde mirar y a uno se le pone un nudo en la garganta y los ojos se empiezan a humedecer, es que algo hermoso, emocionante, increíble está pasando. Ante nosotros, cuatro grandes: Cho-Oyu, Everest, Lhotse, Makalu y a nuestros pies el azulísimo lago de Gokyo. Fue tan impresionante que nos quedamos allí casi una hora, hasta que nuestros ojos se llenaron de belleza y montañas, el Techo del Mundo sin apenas nubes se dejó "querer". Pero aunque uno desee que el mundo se pare y quedarse allí quietecito hay que continuar.


Pumori, Everest y Lothse desde Renjo La

Llegamos a Gokyo, había bastante gente, nos encontramos con unos chicos de Avila, viven en Hoyo y estaban emocionados con tanta montaña, eso que ellos no se quejaban porque tienen su Almanzor y su Galana e iban a intentar el Island Peak. Sabremos de ellos porque prometimos que nos pasaríamos por su casa cuando vayamos a Gredos, también nos dijeron que tendríamos pagadas las primeras cervezas, aunque seamos nosotros los que las paguemos, nos veremos. Los dejamos en Gokyo porque tenían que seguir aclimatando y descansando.

A nosotros todavía nos espera otro gran paso y así empezando a caminar con frío, por encima de arroyos helados, llegamos a una especie de collado donde sale el sol, es una maravilla, enfrente tenemos el Cho La Pass (5.368 m.), es una especie de U ( un pensamiento, en mi Pedra hay un collado parecido, le sonrío y pienso, ¡allá vamos! ). Bajamos, primero morrena, luego bloques y piedra suelta, arena, demasiada gente para esta "pobre" pendiente que se desmorona, pero al final "pared" y todo se hace un poco más cómodo, encima de nuestras cabezas las banderas de oración que con sus múltiples colores nos anuncian que ya estamos muy cerca.....¡sorpresa! al otro lado del collado, debajo de la pared, un gran glaciar cubre la bajada, está duro pero no nos ponemos los crampones. Los montes se ocultan, pero en un giro vuelven a estar con nosotros, aunque uno destaca sobre el resto, nuestra Ama Dablam, vuelve a ser "dueña" y "señora" del escenario.

Sabemos que ya no podemos dilatar más nuestra "soledad", al día siguiente entraremos en la gran "autopista" hacia el Everest, pero todavía podemos saborear casi en la intimidad el Lobuche, el Nuptse y el Pumori que nos sorprende la primera vez, ¡que bonito!.

Nuestros pasos se dirigen valientemente hacia Gorak Shep y hacia nuestro último esfuerzo el Kala Patthar, pero antes veremos el glaciar del Khumbu y su mítica cascada, ésa que hasta los años 50 se pensaba que era infranqueable que nunca dejaría "pasar" a ningún mortal en busca de la gloria.


En la cumbre del Kala

La tarde es soleada, el Kala Patthar está solo, es el momento, paso tranquilo pero continuo, todo para nosotros; Pumori, Nuptse, Everest, poco a poco conseguimos la cumbre cubierta de banderas de oración, nos hacemos fotos, entornamos los ojos y dejamos volar nuestros pensamientos, reímos, tal vez hayamos hecho nuestro último esfuerzo, a partir de este momento ya no quedan más subidas y en cuatro días estaremos a 3.000 m y dejaremos la "cota" que tanto nos fatiga. En nuestra bajada, ya con el frío del atardecer vemos que sube mucha gente, tal vez ellos disfruten de una puesta de sol magnifica pero nosotros hemos preferido la soledad, ¡que egoístas.....todo para nosotros...!. A la bajada se nos nota que ya tenemos todo el "curro" hecho y lo celebramos con unas birras, aunque si he de ser sincera, yo casi todos los días he tenido algo que celebrar.

Y así con el Everest a nuestra espalda y con nuestros inseparables Ama Dablam, Thamserku, Kangtega, nos vamos alejando del corazón del Khumbu y ahora los pueblos y sus gentes serán nuestra principal curiosidad, Tengboche y su Monasterio nos esperan.


Ama Dablam, la belleza en montañas

Amanece con bruma en Monjo pero esto ya no nos preocupa, sabemos que éste es nuestro ultimo día y el tiempo no nos va a fallar. Cruzamos pueblines, caminamos relajados, saboreamos todo aquello que nuestros ojos van viendo, el cuerpo se vuelve más ligero, pasamos junto a numerosas piedras que llevan tatuado el "OM MANI PADME HUM" probablemente el "mantra" más escrito del budismo, atrás quedan muchos "manis", "estupas", "chorten", "caminos", "collados".... en una palabra "muchos días de viaje".

Y con esa bruma y con el sudor en la cara por ese último "repecho" que ninguno esperábamos, llegamos a la "puerta de Lukla", ahora sí que es verdad, FIN DE VIAJE.

Pero no nos resistimos ante la idea de ir a visitar el aeropuerto y ver algún "despegue" hacia Kathmandú, parece una alucinación ver "desaparecer" la avioneta y un poco más tarde verla "reaparecer", es el "MILAGRO" de todos los días en Lukla, como "MILAGRO" es que podamos continuar haciendo lo que más nos gusta rodeados de amigos de verdad......

Desde mi emoción y mi sentimiento: Carmina, Andrés, Carmen.....
DHANEBAD...por todo

Lola.

Algunas fotos del recorrido.


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